Ciencia
Schiaparelli, el astrónomo que descubrió los «temibles» canales marcianos
El módulo de aterrizaje de la misión ExoMars
lleva el nombre del ingeniero italiano del siglo XIX que creyó ver
cauces de agua en Marte. Sus impresiones dispararon las especulaciones
sobre una civilización inteligente en el Planeta rojo
El módulo de entrada, descenso y aterrizaje de la misión ExoMars, que este miércoles se posará sobre la superficie de Marte, fue bautizado con el nombre de Schiaparelli en honor al astrónomo italiano Giovanni Virginio Schiaparelli (1845-1910), conocido por cartografiar la superficie del Planeta Rojo en el siglo XIX.
Schiaparelli era ingeniero, pero pasó buena parte de su vida catalogando y nombrando las formaciones geológicas de la superficie de Marte. Durante la «gran oposición» de 1877, cuando Marte era relativamente cerca de la Tierra, observó el planeta a simple vista a través de un telescopio y dibujó una red de caminos lineales que había visto en la superficie. Creyó que se trataban de cauces naturales por donde podía correr el agua y los describió con la palabra italiana «canales».
Y de ahí vino el lío. Al ser traducida al inglés, la palabra «canales» fue interpretada como una red artificial de cursos de agua, excavada en Marte por una civilización inteligente. La mala traducción disparó las especulaciones y se creyó estar ante un grupo de ingenieros agrónomos marcianos que se dedicaban a diseñar sistemas de riego.
Sin embargo, muchas de esas trayectorias lineales dibujadas por Schiaparelli y otros, como Percival Lowell, ferviente defensor de la existencia de vida inteligente en Marte, eran solo ilusiones ópticas que resultan de las observaciones a simple vista. Si hay o hubo vida en Marte será probablemente microbiana y todavía está por descubrir.
Schiaparelli también hizo otros descubrimientos sobre las lluvias de meteoros y la órbita de la Tierra, los períodos de rotación de Venus y Mercurio, y fue un gran defensor de la importancia de la ciencia.
De alguna forma, el módulo de la ESA hará realidad el sueño del astrónomo hace más de 135 años. El artefacto realizará un aterrizaje controlado sobre la superficie de Marte. Una vez allí, recogerá datos sobre la atmósfera marciana durante las fases de entrada y descenso y estudiará el entorno local del punto de aterrizaje, situado en una llanura conocida como Meridiani Planum.
Schiaparelli era ingeniero, pero pasó buena parte de su vida catalogando y nombrando las formaciones geológicas de la superficie de Marte. Durante la «gran oposición» de 1877, cuando Marte era relativamente cerca de la Tierra, observó el planeta a simple vista a través de un telescopio y dibujó una red de caminos lineales que había visto en la superficie. Creyó que se trataban de cauces naturales por donde podía correr el agua y los describió con la palabra italiana «canales».
Y de ahí vino el lío. Al ser traducida al inglés, la palabra «canales» fue interpretada como una red artificial de cursos de agua, excavada en Marte por una civilización inteligente. La mala traducción disparó las especulaciones y se creyó estar ante un grupo de ingenieros agrónomos marcianos que se dedicaban a diseñar sistemas de riego.
Sin embargo, muchas de esas trayectorias lineales dibujadas por Schiaparelli y otros, como Percival Lowell, ferviente defensor de la existencia de vida inteligente en Marte, eran solo ilusiones ópticas que resultan de las observaciones a simple vista. Si hay o hubo vida en Marte será probablemente microbiana y todavía está por descubrir.
Agua en el pasado
Sin embargo, ahora sabemos que el agua fluía libremente de forma natural en el pasado del Planeta rojo, lo que demuestra de alguna manera el valor de la hipótesis original de Schiaparelli, como explica la Agencia Espacial Europea (ESA). El astrónomo también puso nombres a muchos de los principales paisajes marcianos que todavía están en uso hoy en día.Schiaparelli también hizo otros descubrimientos sobre las lluvias de meteoros y la órbita de la Tierra, los períodos de rotación de Venus y Mercurio, y fue un gran defensor de la importancia de la ciencia.
De alguna forma, el módulo de la ESA hará realidad el sueño del astrónomo hace más de 135 años. El artefacto realizará un aterrizaje controlado sobre la superficie de Marte. Una vez allí, recogerá datos sobre la atmósfera marciana durante las fases de entrada y descenso y estudiará el entorno local del punto de aterrizaje, situado en una llanura conocida como Meridiani Planum.