El que la Tierra sea redonda supone un problema para su representación cartográfica, ya que un mapa es una superficie plana
Para
solventar esa contrariedad se emplean las proyecciones que son la forma
adoptada para trasladar la red de meridianos y paralelos de la esferea
terrestre a una superficie plana.
En este
proceso, la red cartográfica sufre una serie de deformaciones, las
mismas que afectarían a la piel de una naranja si la quisiéramos pegar
en un papel. Inténtalo y observarás como para que toda la piel de
naranja se vea, tienes que hacer cortes y alterar sus características
originales ya que una superficie esférica no se puede extender sobre un
plano sin que se deforme o se rompa.
Para
lograr una buena representación de la Tierra se ha recurrido a varios
tipos de proyecciones de las que se pueden destacar 3, aunque hay muchas
más.
1.Las proyecciones planas o cenitales, en ellas la superficie terrestre se proyecta en un plano tangente a un punto de la Tierra.
El
resultado son mapas circulares en los que los meridianos convergen en el
centro del mapa y los paralelos se distribuyen en forma de círculos
concéntricos. Normalmente esta proyección se usa para representar los
polos.
2.Las proyecciones cilíndricas, en ellas la superficie terrestre es rodeada por un cilindro.
El
resultado son mapas rectángulares, en los que los meridianos son
equidistantes mientras los paralelos se separan cada vez más conforme
nos alejamos del Ecuador. Es la proyección usada por muchos
planisferios.
3.Las proyecciones cónicas, superponen a la Tierra un cono sobre el cual se proyecta la superficie terrestre.
Los
mapas resultantes tienen forma de abanico. En ellos los meridianos son
líneas rectas que convergen en un punto, y los paralelos arcos
concéntricos en torno a ese punto. Suele utilizarse para representar los
ámbitos situados en las latitudes medias (entre los 30º y los 60º).