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El Concilio de Trento impulsó una reforma del calendario que eliminó once días de la historia
Ese día entró en vigor lo que se conoce como calendario gregoriano (por el Papa Gregorio XIII) para sustituir al juliano vigente hasta entonces desde Julio César (46 a.c.) El 4 de octubre de 1582 dio así paso al 15 de octubre. Uno de los personajes afectados por esta modificación fue Santa Teresa de Jesús, que murió el 4 pero no fue enterrada hasta el 15.
La reforma gregoriana fue impulsada por el Concilio de Trento (1545-1563) para eliminar un desfase que se había producido en el calendario de las festividades cristianas desde Nicea. En esta asamblea se fijó el momento astral en que debía celebrarse la Pascua y a partir de ella el resto de fiestas religiosas móviles (como la Semana Santa).
El error provenía del mal cómputo de los días que tiene un año solar. El calendario juliano se componía 365,25 días por lo que cada cuatro años había un bisiesto. Pero la cifra exacta era 365 días, 5 horas 48 minutos y 45,16 segundos. Es decir, cada año tenía once minuto por lo que desde el 325 se había producido un desfase de 10 días.
En términos litúrgicos el error era bastante grave, ya que afectaba a la celebración de los misterios centrales del cristianismo, primero la Pascua y a partir de ella el resto de festividades. En Nicea se fijó que la Pascua se conmemoraría el domingo siguiente a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. En el 325 fue el día 21 de marzo y en 1582 cayó el 11 de marzo, diez días después.
Con ello se estableció el número de días de cada mes y se fijaron los años bisiestos.
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